Toda la vida he odiado el jardín de mi madre
Toda la vida la he visto tirar un puñado de arroz a la olla
He irse al jardín a cuidar las malditas plantas
O echar dos escobazos y volver al jardín a revisar las flores
Moverles la tierra, cambiarlas de lado
Regarlas de noche
Toda la vida odié que les dedicara tanto tiempo
Tiempo que creía mío
Siempre añoré
Que cocinara con más dedicación
Que trabajara por una casa más limpia
Mientras recuerdo a mi madre
Me doy cuenta que el gomero
Tengo que ponerlo más a la sombra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
NO-TA-BLE...de verdad, notable...me encantó...
Si te fijas tb. tengo una mirada súper autorreferente y súper a partir de mi historia, de lo que he vivido ( o cómo creo que he vivido )...
Ya, pueh , anímese y siga...esto me huele a azucenas !!!
jajajaja
Un abrazo y un beso
Marce
Sí, del 33, colegios católicos pagados... la plata pa' que me incineren está guardada y no se si alguien aceptará algo pa' donar...
Lo de tu gomero... finalmente uno es una extensión de sus padres no?, a veces mejor, a veces peor... De ese texto espero algún día ver la novela...
Saludos
Publicar un comentario