Era un día frío de invierno, caminaba apurado para llegar al depto de Bellavista con Malinckrodt, pleno barrio bohemio, de seguro lo más entretenido de éste paso difícil que daba en la vida. Iba caminando por la calle del ciego que vende calzones , sostenes y panty medias, que de vez en cuando lo veo sobajeando las piernas de sus clientas, no sé si ellas le piden hacer eso con el fin de determinar la medida exacta del producto que necesitan, o sólo permiten que lo haga porque les parece excitante la idea de que el ciego, no advirtiera en sus caras la sensación que les provocaba ser manoseadas en plena vía pública.
Al llegar a la esquina se cruzó en diagonal a mí y viniendo de la calle perpendicular a la que yo estaba transitando, un ser que me pareció conocido, sin voltear completamente lo miré de reojo y lo reconocí. Era el guatón Salinero, ex compañero y personaje oscuro de mis años de colegio, al cual le tenía fobia por su impronta sobre levantada, debido a su condición de eterno sobreviviente de la educación particular pagada, un privilegio en los años de la dictadura, hoy sólo una opción más. Un tipo de un cuerpo el doble del mío, tal como en aquellos años, sintió mi mirada en la espalda, se inclinó un tanto a su derecha sin voltearse, pero no me reconoció.
Vinieron a mí, aquellos duros años de fines de los ochenta, con las votaciones por el SÍ y el NO dando vueltas, y la minicultura chilena dividida entre los derechistas golpistas que votaban por el sí y los upelientos comunistas que votaban por el no, que según el discurso reaccionario sólo querían reeditar las historia difícil de la unidad popular, ésa de filas interminables que trataban de palear la carestía impuesta por los empresarios de la época.
El guatón representaba la burla por mi condición humilde, de mi transitar polvoriento y diario desde la población hasta el colegio particular pagado, gran idea de mi madre dadas mis elevadas calificaciones y su deseo incontenible de salir de la pobreza. Sin embargo hoy, 15 años después, el trabajo mediocre y la vida misma habían sanado en mi corazón aquel triste episodio y se venían a mi mente ideas como la de hablar al guatón…a él le debe ir bién…- me decía - …de seguro era un tipo salvado…su padre empresario y su presencia en medios de comunicación importantes, deben tenerlo bien conectado, como siempre…en los años duros de la dictadura y los recientes años de la concertación, el Salinero estaba salvado. Ojalá se acuerde de mí y me pueda dar una manito, cualquier cosa será mejor que el trabajo que hoy tengo.
Volteé para hablarle, pero conversaba afanosamente con el ciego de la ropa interior para mujeres, parecía interesado en lo que aquel insignificante hombre tenía para decirle…pero ¿que conversará con él?…-me pregunté-…¿no será homosexual y se está comprando calzones?... ahora falta que el ciego le sobajee los testículos. Me dí la vuelta y aborté la idea.
La última vez que supe del Salinero, fue un día cualquiera como a las dos de la madrugada, en un eterno programa de fútbol de la televisora estatal, donde el conductor del programa, era un anciano de manos grandes, con dedos peludos, que permanecía en ése lugar como testigo viviente de la historia de dicho deporte. En sus años de juventud había sido un arquero famoso y crack de la especialidad, claro que no había imágenes para corroborar dicha situación pues en aquellos años no existían medios técnicos para dejar grabados dichos eventos.
El anciano con su voz raspada y entre risotadas burlonas, habría a la audiencia un situación interna del programa… comentaba que un periodista había bajado desde la sala de dirección para increparlo por haberse referido a su condición de sobrepeso, antes de ir a la nota, la había presentado a nombre del guatón Salinero, lo que había enfurecido a mi ex compañero de colegio y lo trajo a mi realidad, como un viaje instantáneo al pasado, de mi …-hasta ése momento-…, desafiante mirada del mundo.
Al recordar aquel episodio, se reafirmó en mí la idea de hablarlo al otro día, total mi horario de salida era el mismo, es posible que me lo encuentre de nuevo…- me dije-…
Al salir del trabajo, caminé a paso firme, con la decidida intención de hablarlo y pedirle ayuda…inmerso en mi mente, iba pensando en como le diría…Esteban ¿como estás?…o tal vez…hola Salinero como estas…¿te acuerdas de mí?…
Mientras caminaba, el lugar de encuentro se acercaba raudamente. Llegué hasta la esquina donde lo había visto el día anterior…miré para uno y otro lado…no lo ví…una sensación de incertidumbre recorría mi espalda, volver a ver al salinero, era una oportunidad de conectarme con el mundo otra vez, ya estaba sanado de la tremenda depresión que me había provocado la cesantía. Me acordé del ciego que vendía calzones, retrocedí hasta mitad de cuadra para verlo y el ciego tampoco estaba…en su lugar había otro tipo, más joven, que se encremaba las manos insistentemente, de seguro creyendo que podría seguir con la actividad del no vidente, me acerqué y le pregunté…amigo, ayer había un hombre con lentes oscuros acá vendiendo, parece que es cieguito…-lo de cieguito lo dije para quitarle violencia a la dura palabra ciego-…No…- me dijo-…, el ya no está acá, falleció…Ahora yo estoy a cargo del negocio... me lo afirmó con la confianza de un general que ha tomado su puesto en una nueva comandancia. Mi cuerpo se congeló en unos segundos, un frío de inmensa soledad recorrió todo mi ser, mi mente estaba confundida; en el ciego había puesto la esperanza de contactar al Salinero…de seguro lo conocía del barrio, o a lo mejor siempre conversaban y sabría que días y a que hora pasaba por acá, pero ésa realidad se desvaneció en un segundo. Giré en mi eje, sin palabras ni pensamientos, caminé sobre mis pasos,…- confundí un espejismo con una solución-…, a paso lento me encontré sólo nuevamente y al igual que el ciego que manoseaba mujeres, volví a ser uno más, de los fantasmas de Esteban Salinero.
Al llegar a la esquina se cruzó en diagonal a mí y viniendo de la calle perpendicular a la que yo estaba transitando, un ser que me pareció conocido, sin voltear completamente lo miré de reojo y lo reconocí. Era el guatón Salinero, ex compañero y personaje oscuro de mis años de colegio, al cual le tenía fobia por su impronta sobre levantada, debido a su condición de eterno sobreviviente de la educación particular pagada, un privilegio en los años de la dictadura, hoy sólo una opción más. Un tipo de un cuerpo el doble del mío, tal como en aquellos años, sintió mi mirada en la espalda, se inclinó un tanto a su derecha sin voltearse, pero no me reconoció.
Vinieron a mí, aquellos duros años de fines de los ochenta, con las votaciones por el SÍ y el NO dando vueltas, y la minicultura chilena dividida entre los derechistas golpistas que votaban por el sí y los upelientos comunistas que votaban por el no, que según el discurso reaccionario sólo querían reeditar las historia difícil de la unidad popular, ésa de filas interminables que trataban de palear la carestía impuesta por los empresarios de la época.
El guatón representaba la burla por mi condición humilde, de mi transitar polvoriento y diario desde la población hasta el colegio particular pagado, gran idea de mi madre dadas mis elevadas calificaciones y su deseo incontenible de salir de la pobreza. Sin embargo hoy, 15 años después, el trabajo mediocre y la vida misma habían sanado en mi corazón aquel triste episodio y se venían a mi mente ideas como la de hablar al guatón…a él le debe ir bién…- me decía - …de seguro era un tipo salvado…su padre empresario y su presencia en medios de comunicación importantes, deben tenerlo bien conectado, como siempre…en los años duros de la dictadura y los recientes años de la concertación, el Salinero estaba salvado. Ojalá se acuerde de mí y me pueda dar una manito, cualquier cosa será mejor que el trabajo que hoy tengo.
Volteé para hablarle, pero conversaba afanosamente con el ciego de la ropa interior para mujeres, parecía interesado en lo que aquel insignificante hombre tenía para decirle…pero ¿que conversará con él?…-me pregunté-…¿no será homosexual y se está comprando calzones?... ahora falta que el ciego le sobajee los testículos. Me dí la vuelta y aborté la idea.
La última vez que supe del Salinero, fue un día cualquiera como a las dos de la madrugada, en un eterno programa de fútbol de la televisora estatal, donde el conductor del programa, era un anciano de manos grandes, con dedos peludos, que permanecía en ése lugar como testigo viviente de la historia de dicho deporte. En sus años de juventud había sido un arquero famoso y crack de la especialidad, claro que no había imágenes para corroborar dicha situación pues en aquellos años no existían medios técnicos para dejar grabados dichos eventos.
El anciano con su voz raspada y entre risotadas burlonas, habría a la audiencia un situación interna del programa… comentaba que un periodista había bajado desde la sala de dirección para increparlo por haberse referido a su condición de sobrepeso, antes de ir a la nota, la había presentado a nombre del guatón Salinero, lo que había enfurecido a mi ex compañero de colegio y lo trajo a mi realidad, como un viaje instantáneo al pasado, de mi …-hasta ése momento-…, desafiante mirada del mundo.
Al recordar aquel episodio, se reafirmó en mí la idea de hablarlo al otro día, total mi horario de salida era el mismo, es posible que me lo encuentre de nuevo…- me dije-…
Al salir del trabajo, caminé a paso firme, con la decidida intención de hablarlo y pedirle ayuda…inmerso en mi mente, iba pensando en como le diría…Esteban ¿como estás?…o tal vez…hola Salinero como estas…¿te acuerdas de mí?…
Mientras caminaba, el lugar de encuentro se acercaba raudamente. Llegué hasta la esquina donde lo había visto el día anterior…miré para uno y otro lado…no lo ví…una sensación de incertidumbre recorría mi espalda, volver a ver al salinero, era una oportunidad de conectarme con el mundo otra vez, ya estaba sanado de la tremenda depresión que me había provocado la cesantía. Me acordé del ciego que vendía calzones, retrocedí hasta mitad de cuadra para verlo y el ciego tampoco estaba…en su lugar había otro tipo, más joven, que se encremaba las manos insistentemente, de seguro creyendo que podría seguir con la actividad del no vidente, me acerqué y le pregunté…amigo, ayer había un hombre con lentes oscuros acá vendiendo, parece que es cieguito…-lo de cieguito lo dije para quitarle violencia a la dura palabra ciego-…No…- me dijo-…, el ya no está acá, falleció…Ahora yo estoy a cargo del negocio... me lo afirmó con la confianza de un general que ha tomado su puesto en una nueva comandancia. Mi cuerpo se congeló en unos segundos, un frío de inmensa soledad recorrió todo mi ser, mi mente estaba confundida; en el ciego había puesto la esperanza de contactar al Salinero…de seguro lo conocía del barrio, o a lo mejor siempre conversaban y sabría que días y a que hora pasaba por acá, pero ésa realidad se desvaneció en un segundo. Giré en mi eje, sin palabras ni pensamientos, caminé sobre mis pasos,…- confundí un espejismo con una solución-…, a paso lento me encontré sólo nuevamente y al igual que el ciego que manoseaba mujeres, volví a ser uno más, de los fantasmas de Esteban Salinero.
13 comentarios:
Cuando escribes me parece escuchar a Manuel Rojas. se detiene mucho en la miseria. Tu te detienes en la melancolia y en la pobreza. Me recuerdo de hijo de ladron, vaso de Leche y otras cosas
Sigue asi... Extraño algo de los escritos. Tiene que ver con la sonrisa, la caricia, el chiste el humor.... Te pones muy serio al escribir.
Me gusta sobretodo porque escribes tu... Me gusta porque son cosas que te pasan te han pasado... La memoria despiera oleres, imagenes...
A mi me gusta mucho la cocina y el vino porque despierta recuerdos.. la memoria viva.
Tus recuerdos despiertan cosas en ti.... Y en mi tambien ...Las historias se mexclan no son exclusividad de uno... Es por eso que somos colectivos... Clase? bue... Un abrazo...Nos vemso el sabado en Puente
El escrito que mas me gusto fue el de tu mama regando. Virtud de la clase media el tener un jardin y una buena parra llena de uvas tratando de emular a la Oligarquia siutica de nuestro país
chaoo
ese ultimo es mio poh ....Pero me obliga a ser anonimo la pag... chao claudio ceron
se scribe como se camina...si es bajo el sol y duele...se nota...si da risa...también...
un abrazo...
nos vemos en la convención anual de adultos chilenos inmaduros de 30...jajajaj...es parodia a otro blog..
un abrazo
charly...oye el pc ha cambiado...ya no se lucha ...ahora se ríen de la vida misma y todos tienen blog...te falta el tuyo..actualizate...jajajaj hoy sobrevivir es más duro que antes...no basta con ser chico inteligente...cualquiera que está a la moda y tiene un blog...te trata como si no existes..jajajaj
los post-post-post modernos...de la izquierda
Tenís un problema...o sea varios:
- Escribís con talento, pero erís atarantao. Una te postea y creís que una se quiere acostar contigo...
Todo mal, puh amigo...
- y en esta cosa no se existe por el rating o las visitas...para algunos, escribir es una necesidad vital...
cuál es la necesidad de reconocimiento?
- yo soy post post post moderna de izquierda y?...lo que tuve que entregar lo di cuando las papitas quemaban, amigo...expulsión de la U mediante...
Gracias por la parodia a mi Blog.
Chao
Ah...y cualquiera tiene Blog...pero no todo el mundo lo hace bien
mmm...marce...no entendí nada...sobre todo lo de acostarse...
Cuando hablé de que te tratan como que no existes...y lo relacioné con los post-post-post-modernos ...porqué te sentiste aludida?..así me tratas?...mmm
claudio...te presento a la marce mercado...de esas chicas que deambulan en el inconciente colectivo sonriendo y ayudando a llenar las botellas y a mojar los pañuelos...bajo el crepitar insolente de las bombas lacrimógenas.
un beso marce...
te quiero mucho
e.
bueno ahora batí un record.
ya tengo 7 post.jjja
e.
Si tu no te quieres acostar con la marce yo si...
Con esto no te escribe mas... jaja
Voy a leer a la Mercado...
Yo un blog ...mmmm no lo se jajaja
Yo no soy post post post moderno... solo post post moderno no ma jaja ....y como dice la marce ...Y? jajaja
Ahora me hagarra a chcucha ami tambien.... o me ignora!! jijiji...
El charly atarantao... No es jugueton no ma.. las torpesas y las sensibilidades extremas llevan a esto...
Ah y yo si me acostaria con la marce.. quien no? ... Y?
claudio ceron
Puta la cuestión...
Me tincaba que enchucharme ayer y dejar los comments me iba a desperfilar todita y que me iban a agarrar pa'l weveo perpetua...
pero no importa...
A todo esto, como soy narcisista y monga...
ayer me puse a pelear contigo sin leer el post este del Salinero...mi ignorancia se la debo entera al sistema, obvio...
y el post era Notable, poh...
Súper...te morís !!!
Por qué no te dejai de buscar pega y mina con quien tener sexo y te encerrai a escribir sin comer ni beber durante un mes ????
Como el tipo de la novela Natalia de Pablo Azócar ????
Por qué no hacís algo bueno por ti y te ponís a escribir súper en serio, ponte tú????
Oye y hoy por la tarde me compro un melón y me lo tomo con vino blanco...
A la salud de ambos !!!
wuajajaja
y tenís linkeado al Famoso Guatón !!!!
si lo destrozaste en el post !!!!!
jajajaja
chuuuuuuuuuuuu...ta la ca......
bueno así han sido simpre mis amigos..tan directos los we...siempre de frente....
por eso los amo...
bienvenida marce...a la fauna...
una consultita...lo de buscar mina es para mí???....
ah...y queridos amigos...favor recuerden leer mis cositas....se los he pedido con cariño y hacer críticas destructivas...y de las otras también...por fa...a lo mejor me dedico a escribir en serio...como dice la sexy de la marce...
Veraneo en un pueblito en la costa del Atlántico desde que tengo memoria. Hay allí una calle céntrica con cinco cuadras de negocios, iluminada con farolitos de colores, que tiene un garage con la cortina metálica siempre levantada. Dentro hay un mostrador con una pareja de ancianitos detrás, y detrás de ellos, blancos que corren por rieles de cable. Es un local de tiro al blanco con escopeta, y los blancos están pintados sobre cartones cuadrados, que los viejitos hacen circular por los rieles de cable sin alterar su expresión inpávida... van vienen vienen van... Sobre las cabezas de los viejitos hay un estante que tiene exhibidos algunos trofeos, siempre los mismos, año tras año.
Hay fotos en mi casa de mi mamá embarazada de mí junto a mi papá con la escopeta en la mano, de mi hermanito con tres años, en brazos de mi viejo, disparando a los cartones. Fotos a los seis, a los diez, a los dieciocho, fotos y más fotos.
Cada año que pasa, cuando llego a esa calle, siento una opresión leve cerca del corazón y pienso: "¿Estarán ahí los viejitos del tiro al blanco?".
Hasta ahora, están. Igualitos. En el local igualito. Después de 36 años de veraneos en ese lugar.
Y estoy segura, absolutamente segura, de que cuando mueran juntitos, como detrás del mostrador, seguirán estando sus fantasmas tras la cortina metálica quizás cerrada, y se orirán los ruidos de los balines...no, no se oirán... los oiré yo...
Uy, me excedí con mi comentario... perdón.
Adri.
Beso.
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