LA HERENCIA DE MI MADRE

Toda la vida he odiado el jardín de mi madre,
toda la vida la he visto tirar un puñado de arroz a la olla,
e irse de nuevo a cuidar las malditas plantas
Toda la vida la ví dar dos escobazos
y volver al patio a revisar las flores...
Moverles la tierra, cambiarlas de lado,
regarlas de noche
Siempre añoré que cocinara con más dedicación,
que trabajara por una casa más limpia
Toda la vida odié que les dedicara tanto tiempo…
tiempo que creía mío.

Mientras mi madre se posa en mi mente,
me doy cuenta que el gomero
tengo que ponerlo más a la sombra.
El hibisco ha comenzado a dar su flor rosada de cada dos años;
las calas se elevan brillantes, inundando majestuosa la mañana;
Los jazmines de España me saludan y sonríen tiernamente,
al acariciar con mi mano sus pequeñas formas;
La dulce lavanda llena mis pulmones de frescura y energía;
Las rosas no me desconocen con sus espinas,
se doblan para que pueda tocarlas sin temor;
Los claveles flamean con la brisa de mi paso cercano;
Los cardenales abren sus brazos y parecieran querer tocarme;
Los suspiros azules juguetean con los tréboles de cuatro hojas;
Las camelias rojas y blancas alborotan mis ojos con sus gestos de colores
y las bugambilias me dicen al oído que necesitan más agua…
De pronto, sacándome bruscamente de éste profundo recuerdo,
siento un golpecito en mi hombro;
Es mi pequeña hija que me dice,
que el arroz que he cocinado para ella…está listo.

6 comentarios:

Lena dijo...

Precioso, la vida como da vueltas y ahora comprenderas a tu madre...

Sergio Saavedra Rivera dijo...

Es tan verdad eso que relatas... Uno no se da cuenta y de pronto se ve haciendo gestos, expresando palabras, actitudes... en fin..., recreando a nuestros padres... a veces a pesar nuestro...
Será cuando ya estamos muy viejos ya?...oh no....jajjajajjaja
Saludos

PD. Gracias por tus posteos, te pusiste al dia...jajjaja

Anónimo dijo...

Caminando por allí y por allá...apareció tu casa cibernética...estaba la puerta abierta...y aquí estoy, entré sin golpear siquiera, sin saberlo había música en el aire, o mejor que eso...había aroma de plantas, de flores, de hierbas deliciosas....Yo soy de esos seres, como tu mami, que la vida se encarga de ponerla en lugares donde nadie siente amor verdadero por el reino vegetal...pobre reino vegetal que no habla, no ladra, no maúlla, no pía, no grazna, no se expresa a través de los sonidos....pobre reino vegetal que no camina, y tiene que esperar que la piedad divina envíe lluvias o la voluntad humana le convide un poquito de su elemento vital....pobre reino vegetal que nadie aprecia, sin embargo es el ser de la naturaleza más importante....infinitamente superior al hombre, de quien muchas veces paradójicamente depende. Sin las hermosas, dulces y arómaticas plantas...no tendríamos el elemento principal para nosotros los humanos: el oxígeno...No tendríamos frutas, verduras, alimentos escenciales en nuestra salud....no tendríamos madera, artículo de primera necesidad a la hora de hacer nuestras casas, muebles, cunas y ataúdes.....Todo está allí, en el Reino Vegetal...es tan digno un cilantro como un roble....tan necesaria la chépica como un naranjo....Y por añadidura, el Reino vegetal contribuye enormemente a hacer nuestros paisajes más bellos....un desierto tiene su belleza, pero es más hermoso cuando está florido....cierto?....Y para que lo quieras más, es tan noble este reino que te regala los más exquisitos perfumes...esos perfumes que te hacen lucir mejor, que dan un toque a tus comidas...y que inundan tu casa de esencias de amor y son capaces, con más poder que un retrato, traer hasta tus brazos el alma de mamá.
Un abrazo
Ximena

Raquel Graciela Fernández dijo...

Me emocionó mucho leerte. Ojalá mi hijo me recordara así. Bellísimo.
Un abrazo.

Adriana Lara dijo...

Amigo: uno reniega de sus herencias hast aque se da cuenta de que está inmerso en ellas y que pululan desde su sangre... y que suceda eso suele ser penoso pero forma parte del camino de conocerse a sí mismo.
Me alegro de que hayas vuelto.
Beso.
(divina tu vieja, en la foto).

Azra dijo...

Se me hizo muy familiar ésto, hasta conmoverme. Yo también sentía celos por su dedicación a las plantas, hasta que crecí un poco más y me dí cuenta que ese es su espacio, dónde ella siente que pertenece más que a cualquer otro lugar. En las épocas malas las plantas no estaban y era como si ella tampoco. Y es que mi madre es un pequeño jardín, brotando, floreciendo, enfermándose y cambiando follaje cada cierto tiempo; en fin, mostrando vida. Y con ello enseñándonos a cada uno de los que la rodeamos que uno debe tener la suya, buscar hasta encontrar el propio jardín. Gracias a ella logré asimilar que debemos dejar que las personas estén dónde pertenecen, que se acerquen a la libertad, sólo así podremos disfrutar completamente de ellas. Nosotros mismos también debemos hacerlo. Hoy sé que aspiraba a mostrar su visión de la vida y de las relaciones humanas.
Gracias por esto.