Morir en un instante…Y Sobrevivir.






Muchas veces hemos visto con impacto las noticias que respecto a accidentes automovilísticos se informan a diario en los medios de comunicación, sin embargo creemos lejana la posibilidad de vivir uno de éstos sucesos. Cuando nos toca la triste realidad de vivir uno, la vida entera se cruza en un instante ante nuestros ojos, como un haz de luz aclaratorio de todos nuestros aciertos y errores. En ése instante, se entremezclan hechos y preguntas respecto de lo que estamos haciendo bién y lo que estamos haciendo mal. El trabajo, la familia, los amigos , los colegas, todos se unen en un instante como un caleidoscopio de recuerdos y cuestionamientos.
Seré un buen padre?, un buen amigo, trabajaré en lo correcto, lo haré bien…todas éstas preguntas , envuelven en un shock instantáneo nuestra realidad…Y la más grande…que pasaría si me hubiese muerto?
Es ahí…- cuando se cruza por nuestra cabeza la idea de la muerte-… que tiene sentido el deambular que tenemos por los distintos laberintos de la existencia y todos los problemas que diariamente consideramos Gigantes, se transforman en meros detalles de la vida,
Deudas, enfermedades, mala onda con el vecino un pariente o colega, un buen trabajo o uno malo, no son más que insignificantes circunstancias que sólo diferencian un día de otro, transformando el poder respirar cada día, en la actividad más importante y por la cual debemos dar gracias según cada una de nuestras creencias.
Debemos tomar en cuenta que para que podamos evaluar una idea o circunstancia como negativa, ésta debe necesariamente tener su contraparte…sin lados malos o momentos desafortunados, no tendrían ningún sentido la felicidad que nos provocan otros instantes o sucesos, por lo que la diferencia entre uno y otro, no es más que la posición espacio-temporal que le toca ocupar en nuestras actividades diarias.
Sobrevivir a un accidente, me ha permitido aclarar ésta diferencia y sentir desde hoy, que si estoy feliz o triste, o si me siento pleno o desafortunado, lo único importante es que puedo vivir para contarlo.


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