La Muerte del Guan Yu

Tapado con un plástico, con los pies inclinados hacia afuera, uno para cada lado, inerte y tendido en la acera, lo vi por última vez…tras la obsesión doble dimensional de la TV, que de tanto en tanto, eleva a la calidad de mártir, a los muertos que dividen su realidad de la próxima, en algún incidente de sangre, perfecto suceso, para ser vendido bajo el título de noticia relevante.
Era una imagen fuerte, que destrozaba las horas felices, la mañana de inocencia cálida, de desayuno con mermelada, tostadas y café con leche…el cuerpo rígido sobre el cemento, la nariz al cielo… el descanso del aliento guerrillero, donde la bala se refugia, habitando eternamente en la muerte corpórea, de aquel hombre purulento del alma…
Sin duda había muerto dos años antes, cuando bajo el detonar de sus puños y pies, revolcaba el cariño familiar que lo había visto crecer.
La imagen televisiva y la información candente, repetía la oscura y horrible realidad de los delincuentes duros del país, el título de la noticia y el reincidir insidioso del periodista, daba cuenta del sangriento suceso del momento.
Se insistía en el poco tiempo que había estado libre un peligroso ampón, que en sólo 17 horas, debía regresar a la cárcel y nada menos que por homicidio de un colega de profesión, a quien ultimó de un tunazo de plomo veloz y mortífero, que terminó por alojarse y descansar en el gélido cuerpo del occiso tendido en la vereda.
Con los ojos desencajados y en andas de los policías, fue capturado por el certero enfoque del camarógrafo y visto por todo el país en el noticiario matutino. Ésta absurda realidad, mordió la suavidad de la mañana y lucifer se instaló en mi cama mostrando sus destructoras y desenfadadas fauces nuevamente… al venir a mi mente, aquel siniestro suceso, que marcó el último día que lo vi con vida.